Levantas muros de ladrillos y te conviertes en albañil.
Tiras líneas de código y te conviertes en un programador de alguna tecnología.
Impartes clase a niños y niñas y te conviertes en un maestro del sistema.
Sirves productos perecederos y te conviertes en un tendero. Sin embargo, cuando
das el primer beso no te conviertes en un besucón, ni cuando haces el amor por
primera vez en un amante. Estaría bien levantar muros de ladrillos y
convertirse en un libertador, tirar líneas de código y convertirse en un gestor
de sentimientos, impartir clases a niños y a niñas y convertirse en una
estrella fugaz para otros, servir productos perecederos y convertirse en un
perro que ladra. También sería bueno que cuando das el primer beso te
transformases en una rana verde, y que cuando hicieses por vez primera el amor
los días duraran para siempre y se transformaran en años.
Hace 9 años
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