Es dura la lluvia que va a caer, no me cansaré de decirlo,
como tampoco me canso de ver a los patos en el estanque, de recitar el verso
ese que dice algo así como que nadie podrá con nosotros, pero estuvieron muy
cerca. Cosas del estilo, tú sabes de lo que hablo. Si te fijas las nubes no se apartan
del horizonte, como buscando cenizas se encuentran quietas, entreteniéndose
haciendo sombras chinescas, cambiando de postura, cuchicheando con truenos y
centellas. Es dura, amiga mía, es dura la lluvia que va a
caer, por eso estoy construyendo este refugio contra la tormenta,
incluso si te fijas se parece un poquito a Dylan. De todas formas, no te
apures, incluso las tormentas pasan y se acaban reciclando en cuentos
infantiles, en fábulas imposibles de creer pero que existieron, como un gran
Big Fish a su manera. A veces me acuerdo de esa película de Burton, esa que a ti
te dio por dejar de ver a la mitad porque no veías mucho sentido en ella. Sin
embargo, te perdiste lo mejor. Cuando fallan las fuerzas aparece la magia de la
sensibilidad de un idealismo caduco. Descubres que la verdad es lo de menos,
que hay otras maneras de sentir la vida al margen de ella, que importa más cómo
construyes que lo que construyes, que al final uno no recuerda los hechos
verdaderos sino lo que se cambió por ellos. Siempre he creído que la verdad
está muy sobrevalorada, que parece que todo se abandera en torno a eso y que
algo no acaba de encajar. La verdad en muchos casos destruye, arrasa lo que se
construye desde otro punto de vista, usando otras materias primas que no se
pueden valorar, tan sólo sentir y entregar, sufrir y deleitarse con ellas en
momentos puntuales. Tampoco la mentira existe de hecho, todo es una maldita
fábula de estos tiempos y de tiempos pasados. Pero te decía que es dura la
lluvia que va a caer, eso sí parece una evidencia, pero no tengas miedo. Sin
paraguas uno sobrevive a las caladuras del invierno, sin camiseta uno sobrevive
al abrasador sol del mediodía veraniego, sin pelo en la cabeza uno sobrevive a
insolaciones a destiempo. Es dura la lluvia que va a caer, como es duro el coraje
que demuestras cuando tu caballo no cruza la meta y ganas de todas maneras la apuesta.
Hace 9 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario