Déjame contarte como llega el septiembre,
como la memoria ostenta el título de poema
del mes, así han de ser las cosas querida mía,
igual que los árboles son termómetros en enfermos
de excelencia, lo mismo que ocurren los astros
y a millones de millas mueren los recuerdos,
así llega el Otoño y nosotros en sus vagones.
Creo que puedes deshojar las margaritas si te atreves
con la oscuridad y los retazos de manos ajadas,
sabes que el paso del tiempo somos tú y yo, amor mío,
pero reniegas cuando visita los días laborables
y estorba tus quehaceres, se entromete en tus hojas
de cálculo y te da un toque en la espalda que te hace
saltar de la silla del despacho.
Como el amor construyes algo que no dura, corrientes
de luces se lo llevan todo a su paso hasta dejar
a oscuras los edificios del barrio. Somos grúas de piedra
en un rescate con marejada, grúas de piedra
con arrugas que van echando de menos el ritmo
del verano.
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