Escupir es perecer, parecer es renacer
en cunas infinitivas donde todo comienza,
luego vienen los gerundios y otras malformaciones
congénitas que acaban matando
el significado como una plaga de finales mutados.
No pienses, olvida la métrica, exprime
un zumo de esdrújulas y recita los poemas
ante la chica de infancias pasadas que no supo
de vocales, zetas, hiatos. Puebla los puntos suspensivos
con extrañas palabras , de vuelta a las andadas,
asume que los vocablos se valoraron
en medidas dispares, en bultos que no caben en
maletines de aviones de bajo coste, y que, sin embargo
siempre emprenden el tan ansiado vuelo hacia tus ojos.
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