Dale gas cuando te levantes. La cama sin hacer y los olores
de los cuerpos descansados. Esa leche que humea en los tazones sobre la mesa de
la cocina, el cacao el polvo que espera su turno en los estantes, y el polvo de
las estanterías. Dale gas. Dale gas al baño sucio de toda la semana. La terraza
con olores a tomates y flores silvestres. Las pieles que el sol quemó ayer en
San Juan de la Canal entre gritos de críos y olas que no acaban de despedirse.
Dale gas. Dale gas en esta mañana, en este futuro que se pelea por su sitio. En
este descanso me recreo, entre idiomas desconocidos y los críos desayunando
bajo la luz artificial de sus afueras. La chica de los sueños en el trabajo
sindical con la lencería de otro día, los planes de una familia que esperan el
camión de la basura cuando todo se decante. Dale gas,dale gas ahora que nadie
mira y nos creemos invencibles.
Hace 9 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario