Basta un solo gesto estúpido y heróico para llenar de insania las cabezas de una generación de adolescentes. Nada más dañino para la verdad que la historia de contrabando que circula de boca a oreja.
Basta un solo gesto estúpido y heróico para llenar de insania las cabezas de una generación de adolescentes. Nada más dañino para la verdad que la historia de contrabando que circula de boca a oreja.
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