Se cierran los ojos sin hacer preguntas. Como lo hacen las mentes abiertas, sin remilgos, con la curiosidad necesaria para trasladarnos a otros límites. Se cierran los ojos desde la voluntad, no desde lo necesario.
Se cierran y se traspasan los tópicos manidos, las posturas de rebeldía junto al fuego, los discursos venidos a menos que nos hacen grandes. Se cierran para observar otros fronterizos surcos de la existencia.
Se cierran porque no queda más remedio, porque no se engaña a un pobre señalando la inmensidad de los montes.
Se cierran porque es la única alternativa posible para mantener la rebeldía sin masacrar el silencio con estúpidas y vacías palabras.
Se cierran y se traspasan los tópicos manidos, las posturas de rebeldía junto al fuego, los discursos venidos a menos que nos hacen grandes. Se cierran para observar otros fronterizos surcos de la existencia.
Se cierran porque no queda más remedio, porque no se engaña a un pobre señalando la inmensidad de los montes.
Se cierran porque es la única alternativa posible para mantener la rebeldía sin masacrar el silencio con estúpidas y vacías palabras.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSe cierran a pesar de ser consciente de que, antes o después, han de abrirse y que lo que vas a ver no será de tu agrado.
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