A Denver y June, por todos estos años.
Soy de los que mecen cunas vacías,
en una historia que quiso ser de otra manera,
con volteretas entre rosas y pétalos
y la infancia parecida a la luz de la mañana.
Hoy me ves perdido y sin descansos,
azuzando lo que una vez fue ocurriendo
y se quedó en lo que es ahora, en este hoy
que planta razones y recoge búsquedas estériles.
Es un manera de estar ausente, de rebelión
y de envidias por las vidas de los otros,
donde las luces primitivas asoman por
los poros de unos amantes que viven, de unos hijos
que son descendientes de la sangre,
hoy es una manera como otra cualquiera
de ver pasar el tiempo.
Soy de los que muere sin afectos ni homilías,
rodeado de bancos con ecos e incienso
esperando lo que se sabe de sobra que no tuvo
su espacio.
Es temprana la manera en que uno nace sin asideros
donde se apuntalan los amores del mañana.
Soy de los que merecen la soledad de las postrimerías,
y de la juventud sólo recibir la nada de la siembra,
esto es, indiferencia y márgenes en blanco.
Soy un fraude entre la ausencia y el decoro,
aspirante a revelación y el fracaso
que contemplan los amigos.
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