Hay algo melancólico en las montañas que uno mira justo
delante de sus ojos mientras bebe una cerveza helada. Los niños juegan perdidos
entre las calles del pueblo. Se oyen sus voces lejanas entre las cuadras y las
alpacas que se van secando al sol. Te imaginas como van pasando los días y vas
dejando poquito a poco de vivir. Aspiras a algo que parece un sueño
inalcanzable mientras muerdes una manzana y un amigo sufre con las brasas de la
barbacoa. Es extraña la mente cuando vaga sola por los parajes del deseo y la
duda. Es extraña también la manera que tienen los pájaros de trazar sus vidas
en el cielo. Los buitres esperando un pedazo de muerte, las golondrinas
escarbando en sus migraciones una miga de vida. En el mismo relámpago descansan
las duermevelas y las pesadillas. En el mismo relámpago vagamos todos nosotros.
Hace 9 años
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