jueves, 4 de septiembre de 2008

Apollon (I)

Se conocieron en la escuela de enseñanza secundaria. Apollon era un chico de pocas palabras, de fuertes convicciones y raros gustos por las comidas orientales. A Denver le gustaban los trenes a su paso por el extrarradio y gemía en las noches estrelladas intentando llamar la atención de los años dormidos. Apollon jugaba ensimismado con unas canicas de cristal contra un muro descascarillado de tanto cambio de viento del norte. Denver observaba desde sus quince años recien cumplidos la destreza de sus trampas y la limpieza de su puntería certera. Algo espetó que fabricó un escalofrío en las entrañas de Apollon. Denver dependía de un milagro en ese encuentro, Apollon tendió un guiño del ojo izquierdo a su nuevo compañero, contando con sus dedos los años venideros sin demasiado entusiasmo.


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