jueves, 31 de mayo de 2012

De las afueras

Es una chica de las afueras, de esas que ensucian la mirada del paisaje, que se cambia las bragas cuando las chimeneas humean en la fábrica, de esas en las que puedes ver el mapamundi en el ombligo o en sus brazos musculosos. Es una chica de las afueras, de un centro que ensucia a las criaturas, que en los sueños se sienta como en un banco que cerca un parque. Es de metal y de recuerdos, está articulada con supermercados sin ofertas. Es una chica que no elige el sujetador en los escaparates, que busca medias y encuentra carne, que sufre las alturas pero se pega el lote en las norias. Es una chica de las afueras, que riza el rizo en la calvicie, que debe dinero a los arbustos, que sabe destripar los hongos de los montes antes de la noche. Es una chica de las afueras, una chica de las afueras cuando las afueras conquistaron las carreteras secundarias.

martes, 29 de mayo de 2012

Fer de los esfínteres finitos,

el que construye el mundo en plena calma

y arrasa los lazos de las faldas,

Fer, Fer, Fer de un moco en la chaqueta,

el de las pajareras en cuarto menguante,

el hijo del teléfono que descuelga amaneceres,

Fer el de la fachada empedrada, Fer, maldito

Fer de las afueras,

Fer de los estantes vacíos y la revolución

perdida en salas de estudios,

Fer el que rozó novias a balonazos,

el eterno premio de consolación

en concursos de provincias, Fer de día

y desconocido de noche, el de los kilos

en la espalda y piscinas verde oscuro,

Fer el que sueña, el que agradece

la brisa de las siete, el del camino

en círculo por las ramas de los bosques es,

Fer el de adioses y ceniza, el que muere

solo en la abadía, el que nunca

fue suficiente y se esperaba de él

el todo y la nada. Fer el plateresco,

el marítimo, y del fracaso

quedarán los adoquines.

Quiero entender esas carreteras asfaltadas,


quiero entender el brote de una despedida,

entender los parques por la noche,

quiero saber cómo rezan los creyentes.

Quiero entender tus pasos en la arena,

entender el oleaje de tus carnes,

quiero entender los dientes fieros

de poemas olvidados, quiero

entender cómo te alejas de la orilla.

Quiero entender la música de un beso,

quiero entenderte en penumbras de colores,

quiero entender la droga en cada vena

del adicto que sube a la noria y no se entera.

Quiero entender los pasos del pasado,

la Sevilla calurosa en medio de la nada,

quiero entender el bolígrafo que se seca,

la muerte de una tinta en carne viva.

Quiero entender lo que ha de venir temprano,

el olvido de un olor a cena puesta,

las casas que se cierran en manadas

cuando la tormenta busca refugio

y no se encuentra.

Gabriel.

Te escondes con frecuencia


en los descampados de lo obsceno,

de tu boca los versos palidecen,

la palabra mágica abandona el circo,

te confundes entre los escotes

y los comentarios de ojos sin bocas,

eres Gabriel disfrazado de Fernando.



Te escondes de las balas enemigas

y buscas refugio contra la tormenta,

decides que un camaleón deshace

las camas como la lluvia se disfraza

con la noche.

Te escondes para no ser descubierto,

sabes que los desvanes abandonan los cuentos

y conquistan la vida,

te escondes Gabriel querido

porque Fernando te abandona,

si sueña no eres tú la imagen de lo oscuro,

si despierta puedes

deslumbrar un aliento primerizo de estos

restos.

Horizonte ceniza

Las minas de los lapiceros sí son realmente armas de destrucción masiva.

Mi cuadro

Recientemente brotan las minas


de los lapiceros, como brumas

de cuentos imposibles, leyendas

al son de los amigos que en duelo

retiran mi nombre del recuerdo.


Recientemente brotan las minas

de los lapiceros, arrasando

con su poder destructivo abadías

de sueños, embajadas sin países,

recientes ocres de mi cuadro.

sábado, 26 de mayo de 2012

Grados y recortes.jun

Lo mismo eran escuelas que pesebres

ojos chatos en mirillas y puertas,

el avance del tiempo y polvo tras polvo

como enamorados en horas bajas.

Se enseñaba de los bloques de pisos

las luces de las ventanas, absurdas

lecciones de memoria aprendidas

para recitar el ladrillo de ojos

bellos como los de June en el porche

de nuestra casa. Graduados salían

como ríos de tinta seca en papel

mojado, pero no se olvida aquello

de los recortes cuando nos amamos.

jueves, 24 de mayo de 2012

LeyendaViva.ley

Solían desembocar en callejas


que eran como perfumes de tristeza

ideales para fiestas con farolas

de ceniza. Era un fresco que arde en hojas

secas de un otoño como este esdrújulo.

Pero estate atento a tanta historia

que de mis labios se desprende altiva,

eran días para nosotros esos

que te dejaban una colcha sobre

el suelo y solamente un beso fiero

de un verso sonrojaba a los amigos.



Había la sangre y el ombligo, espera

si te encuentras en el relato una hada

con la barita y mis memorias, roto

todo queda ya en el desierto a solas

conmigo, como siempre comentamos

que estaría.



Eran épocas de muerte en asuntos

sin resolver con los números, cuentas

que desembocaban en las palabras

de una antigüedad que lo saboreaba

todo entre plato y plato sobre el suelo.



Intuyes un desorden en la estrofa

parecido al canto de un jovencito

herido de vida pero que muere

junto a un mar que son los nombres suaves

de todos nosotros.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Sueño de un filólogo

Creces con espuma en la boca


y labios que reciclan versos,

pero odias el derroche arquero

de frases que van a la altura

de la calle ancha de la ciudad.

Creces entre arrugas imberbes

pero se hacen viejos unos besos,

uñas de la misma manera

palidecen. Destellos anchos

de tiempo que riega las plantas

en pies que pisan los meses,

y al alcance imaginan metas

Entre vocales y diptongos.

Mamá no ha de saberlo. Derrumbes de minerales

Si es una despedida entre las luces

mamá no ha de saberlo,

que se confundan ya las amapolas del paseo

con muestras gratuitas de ajustes

de cuentas en hospitales de provincia.

Mamá cuando era joven compraba panes

envueltos en cartones estampados,

y era tarde pero Denver sonreía mirando

los pasteles. Que mamá no sepa cómo

fueron las cosas, cómprale unos pasteles,

sintoniza la televisión

de su cuarto y que descanse recostada

en esta víspera de fiesta.

Mamá no ha de saberlo, que hay estrellas

en vasos de plástico, que dejaron sus llaves

en el rellano, que Denver

dejó de respirar llamando a la puerta.

Mamá no ha de saberlo.

martes, 22 de mayo de 2012

Se escribe

Se escribe porque una luna está en cuarto menguante. Se escribe cuando el lobo aúlla y el crío sueña. Se escribe buscando los lápices sin punta. Se escribe igual que se duerme. Se escribe si se busca y no se encuentra. Se escribe porque hay cenizas como rosas. Se escribe como se besan las ventanas en los días de lluvia. Se escribe igual que se pierde un gato en los callejones. Se escribe entre gradas y futuros que agotan la paciencia del pasado. Se escribe pensando en lo perdido. Se escribe porque se pierde la memoria. Se escribe como la historia cuenta su cuento. Se escribe por no llorar. Se escribe para saber el color de la arena en pleno Agosto. Se escribe porque resulta insano lo vulgar de los recuerdos. Se escribe igual que se huye. Se escribe entre pupitres de serpentinas. Se escribe cuando nada ha de quedar y sin embargo queda. Se escribe como la esperanza ocupa los primeros asientos de la comedia. Se escribe por no dejar pasar los amores en sepia. Se escribe por los amores. Se escribe por los padres. Se escribe por entender los cuatro renglones de los jardines. Se escribe porque se hace tarde. Se escribe porque éramos jóvenes. Se escribe a sangre fría. Se escribe aunque te suena raro. Se escribe a cambio de una tienda, a cambio de una gitana que muestra sus encantos mientras los carruseles giran. Se escribe porque el verano pasa. Se escribe  porque el pasado se queda en la balconada. Se escribe, claro que se escribe, porque son palabras el viento en el regazo. Se escribe como el feriante dice basta en los caminos. Se escribe y no se sueña. Se escribe y las palabras son nuevas. Se escribe y un delfín asoma entre el oleaje, y las correspondencias manuscritas fueron suficiente para que el canto respondiera a mis plegarias. Se escribe como se reza, sin dioses a los que adorar en iglesias vacías.

Titiriteros enriquecidos.

Titiriteros que escudáis vuestro canto en huchas

sin salida,

muestras de un sustrato que pudo en el ring

ganar la guerra.

Acampad en los cercanos folios encinta

que esperan descendencia,

titiriteros que escudáis vuestro canto en huchas

decoradas,

dadme la bandera, el óleo en blanco, la cima

conquistada y la saliva de los sueños dormidos.

lunes, 21 de mayo de 2012

Desfilando idiomas

Eres un adolescente que se inicia en la vida


escribiendo los primeros versos, no hay miedo

entonces al tiempo que va pasando,

no hay temor a la pérdida de algo aunque

la pérdida de nada solía quitar el sueño

más que los exámenes o unas faldas rebeldes

ante el espejo. Es esa época de granos amigables

que pueblan los sueños y las erecciones.

Sin embargo las estrofas eran un refugio

en épocas de entreguerras, contra la tormenta

existían las mesas de mármol y las soledades

de un cuarto juvenil de clase media española.

Eres un adolescente que transita túneles húmedos

que visitan tierras fértiles, ultramares

donde se deja uno la piel rasgada por soles

que aspiran a la caricia en una piel que no envejece.

Y de repente, vuelves la vista a otro paisaje más añejo,

se funden las pecas de tu torso y tus venas

son ríos que atraviesan los recuerdos. Eres un hombre

y no lo sientes, escupes quejas y encuentras

letanías, absorbes las mareas de amigos que roen

sus propios pasos por evitar el idealismo. Rancias

avenidas del deseo somos aunque nos creamos

calles vacías de una gran ciudad dormitorio.

Entonces ya no son las cenizas un horizonte,

las cenizas son entonces el mar que lo relame

al son de soles que aún esperan. Y luego

lo de siempre en mi regazo, las horas de estudio

y un verano que huele a niños desamparados

y a toque de corneta en el desfile.

It ain't me babe

Hay refugios como hay descampados,

hay botellas como hay agua desparramada,

hay sillas como hay salas vacías,

hay rayos catódicos como hay rayos celestes,

hay escalofrío como hay indiferencia,

hay delfines como hay pescaderías con hielos,

hay superhéroes como hay harapos,

hay vinos de mesa como hay memorias abstemias,

hay una chica en la ventana como hay muros de ladrillo,

hay un chico en la ventana como hay muros de ladrillo,

hay un cielo rojo como hay poemas olvidados,

hay pelillos a la mar como hay el ahora, lo que importa,

raros momentos de luz como hay lámparas

fundidas.

viernes, 18 de mayo de 2012

Costumbrismo

Bajo un cielo rojo se amamanta un sueño,

sobre un folio la vida de pasada,

junto a una cama remolonea un perro,

entre fogones mañana es algo comestible,

ante un horizonte de ceniza

los cigarros dan la vida y la distancia mata.

martes, 15 de mayo de 2012

Ranita

Croa una ranita en la charca,


la charca adelanta camiones

que circulan amores ahora,

amores que fueron de entonces

y se visten de seda rota

como una copa que engañaba

a los sedientos. Croar, salta

la ranita en la charca seca,

saltar, secar de la maleza

los días impares que quedan.

Así es el abandono

A Glory.

Los barquitos de papel de percheros vacíos,


el despilfarro de algo que brilla en las fachadas,

como puertas de armarios que esconden avenidas

es el abandono.



Manojos de cabellos que te llevan a un tiempo de Dylan,

ardores guerreros de una pareja de la mano

recorriendo los absurdos panfletos de una comida a destiempo,

así es el abandono.



Sin ritmo, ni métrica, ni rimas y sin embargo es verso,

sin mástil, ni delfines, ni botas flotando y sin embargo son mares

de inmensidades como el oxígeno o un estado repleto de pobres,

así es el abandono.



Los ordenadores dentro de cajitas de galletas de amores pasados,

el discurso de un cura que se arrepiente cuando se toca,

como una mañana, como la tarde que declina en una dictadura,

así es el abandono.



La sonrisa sin la boca, el guiño sin los ojos, el sexo sin los fluidos,

palabras hermosas enterrando a la belleza bajo montones de fértiles

tumbas que se parecen a una selva, a un parque de extrarradio,

así es el abandono.



La historia de un libro, los márgenes y sus notas, el llanto de la piedra,

la ropa de segunda en cuerpos que han dejado de existir, el perfil

del aire en los flequillos de las casitas de los barrios residenciales

buscando la urbe, así es el abandono.



Un grupo vendiendo salidas al campo, excursiones y ladridos,

noches de vueltas en vagones de feria, en busca del neologismo

entre los dedos, como quererlo todo en un mundo de la nada,

así es el abandono.

viernes, 11 de mayo de 2012

Hombre del tiempo

Hay un aire extraño en las amistades de siempre,

como sopla un muchacho las velas de una tarta,

algo que se parece al final de un cumpleaños

arrasado por serpentinas y sudores infantiles.

A veces suelen traer sensaciones placenteras

como un frío a media tarde invertebrado,

como un cañón buscando la batalla,

como parece que se comen a puñados los sueños.

Los diarios a la intemperie trasladan vidas

que se despeñan desde balconadas de caricias

y hay recortes de bomberos.

El tránsito hacia los tiempos venideros ya ha pasado,

igual que la medialuna en un banquete no aspira

a un cielo, pero suelen los míos acariciar

mi mano por un rato y que todo está en su sitio

me susurran. Hay sin embargo aire extraño

en las tuberías de ventilación de los desiertos,

como sopla un muchacho las velas de una tarta

el hombre del tiempo cierra la programación

a altas horas de la madrugada.

jueves, 10 de mayo de 2012

Hay rutas

Hay  rutas que llevan a una manzana. Las hay que se desvían en los tiempos muertos de un delfín, de una foca entre paredes; caminos hacia lo perecedero y lo claroscuro. Hay rutas que invitan a la lucha, como hay caminos que no encuentran la puerta de un deseo alienado. Hay rutas gastronómicas y lingüísticas, y las hay con peajes sobrevalorados. Hay rutas sin arcenes y con la señal de prohibido el paso en la primera curva. Hay rutas de candilejas y oficinas, de asuntos privados y sendas en bancarrota. Hay rutas que llevan a tus ojos en el preciso instante en que todo sobra y el desierto permanece.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Es ridícula la fibra sensible de los ladrillos desechos,
la vida eterna a la que aspira una ventana,

los marcos de las puertas que temen a la muerte

ya no son lo que eran.

… y esas arrolladoras desmesuras de tus ojos en la noche…

fijando cimientos que invitan al sosiego.

martes, 8 de mayo de 2012

Sin Dylan

Esos días en que tendrás que parar el tiempo


sabes que llegarán cuando menos te lo esperes,

quizá entre los secos maizales ante la ventana,

de todas formas lo mismo da la hora o la posición

de un sol de extrarradio. Esos días que tendrás

que pisar el freno porque puede que te estrelles

y sea tarde. Esos días sin Dylan pero estando vivo

dará lo mismo, esos días de obras entre

aceras de recuerdos que rebosarán los pantanos

en plena sequía. Esos días sin Dylan, si Dylan

esos días resultarán plomizos, y sin tus ojos

cegados por mareas de habitaciones separadas.

Esos días de la ternura de un vaso vacío,

tocadiscos rayando los muebles y la salita donde suenas

abandonada a mi suerte. Esos días sin Dylan

recuerdan un futuro que nadie se merece.

viernes, 4 de mayo de 2012

Truenan los dichos románticos

A Sergio.

Suenas todas las tonadas de un océano desperezado

entre las sábanas de un delfín de fósforo.

Derroteros de una mañana sin horas entre el cemento

de unos brazos en plásticos abrazados, como puede

el hombre ahora y siempre dormir a la intemperie

de un sueño. Si hay teclas de sollozos de colores

déjame que suene el do, el re, el sol de los ausentes,

el temprano café de una madrugada que resultó

ser de alguien que siempre odiaba las luces

que no cesan. Son femeninos o masculinos

los brotes de alergia ahora que no llueve, que secos

se quedan las hojitas de mi hijo, o las guarderías

sin paredes ni ventanas. Se despeña la botella

de agua mineral entre barrotes que lo ocultan

todo, pero es sed lo que ahora veo y los ecos,

y las muertes, y el romanticismo culo contra culo,

senos deformes amamantando trocitos de cristal

desperdigados, las aceras están sucias y no hay barrenderos

capaces de ocultar las estrellas en los charcos.

Y te resulta extraño que odie a los animales y ladre

como un perro, que acaricie las patitas de Lytton y recueste

mi barba de tres días en los marcos de las puertas.

Y resulta también que no hay guerra capaz de defender

una frontera de la carne, ni desaparición que no exceda

del tiempo establecido. Todo eso de un viaje interminable

ya se acaba, todo eso de las botas

entre el barro va tocando la campana de un iglesia,

y hay escalofrío y también belleza, y también el musgo

entre los dientes de las ranas, hay en serio todo eso que

un día resultó lo único. Como carretas sin ruedas

se marcan los caminos, suelen las fondas alumbrar

con rabia los arcenes clandestinos del fuego de una hoguera,

el fuego de un vaso vacío, hay flores del mal

sin tiestos en las terrazas. Resulta igualmente extraño

el vuelo de la baba, el buceo de la sangre y el naturalismo

de los libros que dan asco.

Podríamos seguir con esta descripción de este amor que no declina,

de un nuevo mundo ante tus ojos,

como los rejos y las hayas, como los robles en un bosque

de peleas por el verso y el acento.

Resulta todo aquello que se fue quedando entre papeles,

océanos de espermas y pieles resecas por el uso,

baladas entre penumbras que roban los brillos de la noche.

jueves, 3 de mayo de 2012

Sin título

Los poemas de amor son como los muertos sin terreno,

como un jardinero sin hierbas devuelven los afectos,

poemas de amor en calma, como los pelos de una nariz

que congenian con mocos resecos que no dan asco.

Son así de ingratos los poemas de amor de las afueras,

como un pedazo de pastel tras el empacho de esta

clase media que hoy se derrumba entre monarcas.

Los poemas de amor son como los muertos sin terreno,

echando de menos el hogar de los vencidos.