miércoles, 4 de mayo de 2011

Los futuros del comienzo (VII)

Los discos que pinchan el futuro mucho antes de su existencia

ya no suenan. Se quedan los vacíos

antros con sonoras manifestaciones que pasado un tiempo

dejan su hueco a los silencios de tranvías, eléctricos vehículos

respetuosos con el medio ambiente.

Entonces es una madre que aparece entre la niebla,

radiante en sus treinta, en recuerdos de lo increíble

que una vez hubo en las moquetas de los salones de clase

media de provincias. Se muestran los críos desnudos

como pulgas sobre la alfombra, peleando por pelotas

bajo las sillas.

Los tiempos pasan para ese disco de Roy Orbison y no asustan

salvo a la urgencia por olvidar que estuvo ahí. El amigo mayor

de esos trances, el de los lacios cabellos, el que dijo con su risa

que tarde era ya salvo para dejarse llevar por los deseos

escondidos de nuestra carne tersa de los comienzos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario