martes, 5 de julio de 2011

Lectura de una infancia

Arco comía en el comedor del colegio. Mou comía en casa, mamá preparaba exquisitos platos de puchero. Arco buscaba siempre el sitio más soleado del comedor. El gusto de experimentar el reflejo del sol sobre las croquetas y los rebozados lo había aprendido de su padre. Mou deseaba llegar al postre y volver al colegio. Se imaginaba el jolgorio de los mediopensionistas mientras veía a su abuela revolviendo el café azucarado. Arco no despegaba los ojos del plato, pensaba en Mou y en cada uno de los juegos que traería la tarde. Arco y Mou comían para el futuro, Arco y Mou y los extraños platos vacíos apilados en cocinas que poco a poco se quedaban atrás.

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