viernes, 29 de julio de 2011

Lectura de una infancia

La infancia no existe sin lo verde, esto es, lo que se asemeja tanto a lo que vulgarmente tomamos como referencia medioambiental, la ausencia de ruidos y las praderas vírgenes de progreso. Ahora bien, la infancia es realismo literario, quizás más lejos se ha de ir y catalogarla como realismo sucio que la censura del momento evita su manifiesto. La infancia es contaminación en manos inexpertas, desde luego sin la mala intención que algunos tratan de encajar en sus agujeros insondables. Hoy en la terraza de este piso de provincias, puedo oler todo lo que corrompe la tierra de los años primeros, alcanzo, mientras pasan los coches ante mis ojos, a vislumbrar las verdaderas razones de los huérfanos que dejaron sus primeros recuerdos en las taquillas de algún colegio. La infancia, como la lluvia, no remite hasta que alguna reacción química decide que es suficiente destierro para la luz del sol que pende de un hilo, allá arriba.

1 comentario:

  1. La infancia es el lugar donde todo el tiempo está por delante, donde la posibilidad ocupa el lugar reservado a la desilusión y los anhelos el de los dolorosos recuerdos.

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