martes, 13 de diciembre de 2011

Colada en la retina. La feria llega a la ciudad y abandona el barco

Tiene ese tatuaje que me pone
a cien, querría
entre mis piernas su fiereza,
en medio de la calle yo
le beso y entro al trabajo,
luego salgo de nuevo para ronronear
a oscuras en el bar
del barrio, hace calor en estos extremos
de esperanza,
la tarde larga se hace para
mis bragas que rezuman asonantes
rimas de deseo, no volverá a recogerme
por la tarde, busco en el ordenador
una lucecita verde, conectado espero
que esté para decirle
algo de eso que cuentan
los artistas,
te quiero mucho, eres mi chico,
moriría por un beso tuyo, amor de paso
que mi lavadora reconoce
cuando entre la colada encuentra
distraída mi ropa interior que a solas
con la vida se lame
las heridas.

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