viernes, 2 de diciembre de 2011

Despacharse a cielo abierto. La feria llega a la ciudad y abandona el barco

Mira cómo juega al futbol,
no se da cuenta el muy imbécil,
suda, luce camisetas carísimas
y se pierde el deleite de las alturas,
le dije el otro día que puedo
con todo menos esperar su paquete
sudado, se me quitan las ganas,
hoy es domingo y mírame,
desnuda ante el espejo esperando
que termine su maldito juego,
y luego los coches, las motos,
toda esa mierda que me repele,
sólo pido lo mínimo, algo de sexo,
algún paseo y que deje a mi aire
la nostalgia de los años primeros,
pero mira cómo se ríe, y tú y yo
aquí igual que dos tontas, las nubes
encapotando el cielo y las luces
en el descampado
que van dejando de lucir a su manera,
como pedacitos de cielo
irreconciliables.

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