viernes, 10 de febrero de 2012

La nevera. La feria llega a la ciudad y abandona el barco

Spencer reposa en cojines deshilados,
como un romano que ha perdido sus riquezas
pero se sabe el dueño del mundo. Hay paredes
empapeladas de dulzuras, se atreve a pensar
mientras se toca en silencio. El ruido
de la nevera en la cocina se mezcla con imágenes
de programas deportivos,
Spencer reposa mientras el aire avisa del peligro
que la nostalgia trae cuando todos se marchan.
Desde el pasillo del portal se oyen gritos,
es sábado por la noche y los bares hierven.
Spencer reposa entre revoluciones floridas,
mirando la balconada de la sala como si con él
fueran los restos del naufragio.

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