martes, 9 de agosto de 2011

Basura de la deuda

Ya no avisan los versos cuando explotan

ni los lamentos se visten de guerra

apenas los sueños si acaso flotan

la pesadilla sabe lo que entierra.

Concreta el inocente mientras potan

enfermos en letrinas como perras

las directrices dulces que se embotan,

y latas, y las puertas que tú cierras.

Desprendes de la boca cierto aliento

que da por el saco oler mientras gira

el tiovivo de todas las verdades.

¡Que bailes, maldito! si es que admira

el raro del cariño siempre lento

los restos de tantas calamidades.

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