jueves, 11 de agosto de 2011

Por favor, cierra la puerta del porche
y ponme otra cerveza,
da de comer a los caballos
que duermen plácidamente en el establo,
apunta con tu dedo a la puesta de sol
sobre la meseta, huele los huevos
revueltos y las salchichas
que la cocina invita a comerlos,
llama a las puertas del cielo mientras
recoges tus alforjas y abandonas los caminos
que te llevaron una vez
a casa.

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