lunes, 3 de octubre de 2011

Escupiendo editoriales (XII)

Como los pequeños agujeros de la memoria
recuestas hoy tu cabeza sobre su hombro.
Se erizan los pelos de tus tobillos desnudos
al sol del verano. Erais los niños del barracón
de los ausentes, por supuestas muchas
calamidades dabais por hechas, la calamidad
de los pájaros en las ramas, la calamidad
igualmente cantarina de las toallas sobre
el césped mientras los patos campaban a sus anchas
por el lago de una ciudad que ya no existe.
No encuentras en estos versos la poesía
que le suponías, la grandeza de sus labios
tampoco aquí tienen su hueco. Y sin embargo
no sueltas la fotografía con los pantalones
cortos y las camisas de cuadros.
Si te apuras, puedo oler vuestros eructos
juveniles mezclados con las risotadas propias
de unos muchachos que empiezan
a distinguir la muerte entre las pieles tersas
y suaves del final de un verano.
Como los pequeños agujeros de la memoria
guardo esta instantánea por si al olvido
le da por llamar de nuevo a nuestra
puerta.

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