lunes, 24 de octubre de 2011

Los trenes son la chica que se aparta
las chancletas que aspiran a la orilla
lo que pierde en la derrota una carta
el juego donde no encuentra casilla

la estación de paso que ya se harta
de las prisas. El tren la comidilla
es de aludes de cantos cuando parta
uno de esos que dices tú que chilla.

El tren, te digo, se pierde en los besos
de una vía, desvirga marejadas
que huelen lo peludo de las idas

y venidas de manos despejadas
de paisajes, el tren de las pedidas
que todo el mundo vende por dos pesos.

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