domingo, 30 de octubre de 2011

La feria llega a una ciudad y abandona el barco. Tema principal

Son suspiros a vueltas con la vida, los olores
que trascienden las ventanas de otros lugares
conocidos, mecánicas sin teorías
de asideros para sobrevivir al centro sensorial
del ánimo, llegan a una ciudad y abandonan el barco.

Son arenas sin desierto, un calor de extremidades
mutiladas, sabes que hay niños que mecen
sus esfuerzos infantiles en aquellas luces que no cesan,
a veces es temeroso el deseo de un cielo
articulado, llegan a una ciudad y abandonan el barco.

Son mecenas de ilusiones futuristas y modernismo
decadente, el aceite contaminado que fríe espermas
en descampados, sexos rancios se intuyen
primero en los altares de un jolgorio asequible al desaliento
de los sueños, llegan a una ciudad y abandonan el barco.

Quieres ser de esa clase de desplazamientos sin retorno
en cada vuelta, una peca pelirroja con fundas
dentales de terciopelo, menos que nada, hay pasarelas
de un abultado cielo diminuto, la marcha
de tortillas aceitosas, llegan a una ciudad y abandonan el barco.

Llegan a una ciudad y abandonan el barco,
una chica de ciudad en los cuatro puertos cardinales,
algo de chistorra en carromatos, de la vida
queda el naufragio, los retales que los ayuntamientos
recolectan y reparten, llegan a una ciudad y abandonan el barco.

viernes, 28 de octubre de 2011

Inicio de París y alrededores

Era todos los mundos conocidos,
se tendía en el patio interior de nuestra casa
con los pechos desnudos,
los vencidos vecinos se asomaban
desde ventanas inexistentes y cambiaban
de postura a cada rato, las braguitas
en los tendales adelantaban las noticias
vespertinas, era todos los mundos
de nosotros los más jóvenes que salíamos
a paja diaria en busca de un poema
que lo iniciara todo. Era un mundo
desde el pubis hasta los confines
que definían sus labios de espera,
a veces mi madre me vio con las manos
acariciando las sobras de mis granos,
mis desazonadas muestras de supervivencia,
caricias de algo joven que se intuye
y de repente la luz evapora, dejando
al descubierto la realidad iconoclasta
que era entonces y era todos los mundos
conocidos su manera comercial
de vender su cuerpo con vistas a la calle,
la banda sonora, Los Secretos,
con dos pequeños poemas el mundo será mío,
el mundo conocido inexplorado.

Qué esperas que te diga

Alísate el pelo y ponte guapa,
demuestra que los tienes en la mano,
la liga y el anillo, el deseo y el aliento
a batallas perdidas, el rímel
que descara alcantarillas, esos labios
como señuelos en vísperas
de fiesta, que no digan que
no atraes en lo oscuro de los bares
y las barras de madera,
alísate el pelo y ponte la consigna
esa que la vida es el reflejo de versos
inacabados, y derrocha el desparpajo
en nuestra huída.

jueves, 27 de octubre de 2011

Días laborables

La sala no te reconoce entre el gentío
que sale a cuenta gotas, destilan
apenas un halo de belleza ante tus ojos
esos cuerpos deformes unos,
bellos otros y casi todos gritones
avisando cambios, y así
derriban los postes de la luz y del silencio
que no buscan. Algunos, querida mía,
los conoces, son ellos los que junto
a ti pasan las horas
y de vez en cuando fuman contigo
las cenizas de horizontes inalcanzables.
Ahora se vacían las pestañas a lo lejos
de unos ojos que son los míos,
quizá los tuyos junto a ellos, ya
notas el frío de la sala en ausencias
convertida, y mañana, dices,
los Dioses estarán a buen seguro
doblando la esquina, y te haces el moño
de la mañana, despiertas de repente,
te vuelves despistada y ya te has ido.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Raro

Como los almíbares de los dulces
hoy habito estas veredas,
las que distinguen encrucijadas olorosas
entre sales y picantes cimas,
sentado en una mesa arrinconada al canto
de los pupilos sin pupitres.
Como todo lo que cae sin detenerse
a vueltas con la vida.

martes, 25 de octubre de 2011

Los trenes.

Los trenes desembocan en un río de chispas y relojes,
los trenes aspiran a ser la oscuridad sin pasajeros,
los trenes lloran lágrimas de estaño y envejecen,
los trenes son las hogueras en descampados de pobreza,
los trenes determinan el paso de los días,
los trenes de la noche jamás alcanzan las luces de las mañanas,
los trenes son poetas que escriben espumas y bandejas,
los trenes son bailarines en salones de fin de año,
los trenes lo pueden todo y se duermen en los sillones,
los trenes que imagino son capaces de pronunciar tu nombre,
los trenes del desamparo y el escalón que llega a ninguna parte,
los trenes aconsejan el barranco y la distancia,
los trenes que conozco pasan de largo sin conciencia,
poniendo a salvo la dignidad que ya perdieron.

lunes, 24 de octubre de 2011

Los trenes son la chica que se aparta
las chancletas que aspiran a la orilla
lo que pierde en la derrota una carta
el juego donde no encuentra casilla

la estación de paso que ya se harta
de las prisas. El tren la comidilla
es de aludes de cantos cuando parta
uno de esos que dices tú que chilla.

El tren, te digo, se pierde en los besos
de una vía, desvirga marejadas
que huelen lo peludo de las idas

y venidas de manos despejadas
de paisajes, el tren de las pedidas
que todo el mundo vende por dos pesos.

No estaremos - Epílogo rebelde

Cierto es,
no estaremos cuando la gloria
se vaya desvaneciendo,
ni cuando la lluvia parezca perenne

y el vaho empañe el ánimo.

Aunque acaso en algún rincón,
agazapado,
quede algún recuerdo

de infancia luminosa
prendido con la dicha

de aquellas sonrisas generosas.

Búscanos...
...¡que sí estaremos!
FELIX VERA en referencia a "No estaremos cuando tú no estés"

domingo, 23 de octubre de 2011

No estaremos cuando tú no estés

A Gloria

No estaremos,
en pesebres que tendrán algo de nosotros,
no estaremos,
no estaremos para ver el roce de otras hojas
sobre el suelo, no estaremos,
no estaremos en ese momento dulce,
cuando se despierta de algo y pesa
el pasado sin saberlo,
no estaremos, no, no estaremos
en la encrucijada entre sábanas y sudores
extraños, no estaremos en la fiesta
que ya termina, pero no termina, no estaremos
en otros versos, no estaremos, tampoco
charlando se nos encontrará
pero sí a estíos y primaveras rezongonas,
no estaremos, no estaremos, no estaremos
cuando ellos nos llamen, vociferen con ecos
de entrepiernas y flujos decadentes,
no estaremos en esos gritos de plegaria
que a buen seguro el viento se llevará
a zarpazos, porque no estaremos cuando todo
se venza y cristalice
en amores de época, en breves notas de otras vidas
pasajeras sin vagones.

sábado, 22 de octubre de 2011

Nana

No des la vuelta a la manzana si hace frío

y es la lluvia la que dibuja la mañana.

No la des si debes cuentas pendientes

al ocaso de estos afectos que perduran,

no des la vuelta a la manzana si acaso

no distingues el día que se ha ido

del que ha de vislumbrarse,

no la des ahora que importa suficiente

la canción de cuna abandonada.

viernes, 21 de octubre de 2011

Ahora, de repente, te olvidas

Para Alvaro García

Ahora te olvidas de lo costoso que resultó
reconocer que no había victoria,
ahora te olvidas de todos esos años
de búsqueda en barrios oscuros, yo recuerdo,
ahora te olvidas de que fueron ellos
los que dejaron cerrada la puerta,
ahora te olvidas de las anécdotas divertidas
porque dices que no es prudente,
ahora te olvidas de que Dios era una quimera
y el final de un sueño,
ahora te olvidas de los que te acompañaron
cuando la pista se perdía y no había manera
de distinguir pecas de espinillas,
ahora te olvidas de alguno de nosotros que crecimos
y dejamos el camino donde estaba.

jueves, 20 de octubre de 2011

Masterpiece

Déjame que escriba mi obra maestra,
la que recorre a tientas los canales del deseo,
la expuesta en las salas del centro
de la ciudad, que no hay carnet de estudiante
que abarate la entrada,
la muestra en callejones que pasan de largo
pero quedan, déjame la obra maestra
mía que la arregle con algún achuchón
a destiempo, con el escalofrío en tus senos
y en mi glande, si quieres falsifica
y hazte rico con las sobras, déjame así todo
el pedacito de gloria que luce en este lienzo,
aquí mi obra maestra, después,
los versos que siempre espero y no terminan.

Con saliva

Hoy se cansan hasta los pájaros
y cantan los fondistas, se lamen
las piedras y se apedrean las heridas
con saliva.
Hoy es un buen momento para que grapen
las hojas los bolígrafos y escriban
tu nombre las grapadoras.
Y más si te apuras,
mira por las ventanas y dime
que los percheros no me reconocen
cuando cuelgo mis aprensiones
en los abrigos.
Debe de ser el invierno quien rebota
con violencia
en el muro de ladrillos de este juguete
desmontable al que llamas vida
y respira a cuentagotas.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Caso cerrado

¿Qué hubieras hecho si la distancia no existiera
entre nosotros y el tren de medianoche
dejara claro que siempre prefirió
el día?
¿Qué hubieras pensado si los días que pasaron
despacio en realidad se detenían
en las fuentes de la edad que estaban
tan lejanas?
¿Qué hubieras pensado de todo aquello
que no buscaba la belleza sino la delicada
aurora de adioses vestidos de fiesta
que ya termina?
¿Y qué hay de ti en todas los estíos matasellados
en postales que se follan a los buzones
sin nostalgias estúpidas que siempre
regala Septiembre?
¿Qué de todo eso no consigues dejar de lado,
no consigues de un barco matar las aguas,
qué de todo duerme en nuestra cama sobando
las almohadas los domingos?

martes, 18 de octubre de 2011

De pasada ya no vale.

De pasada uno se quita los calcetines cuando
llega a casa, sin rechistar dobla la ropa sobre
la cama, se tiende en el sofá y una lata
de cerveza o un cigarro hacen las veces de memoria,
si se tiene perro, se le hace unas caricias
antes del inicio de la vigilia de la cena y los debates
televisivos. Tiempo hay suficiente se supone
para los recados que tiene uno que dejar cerrados
antes de que se acabe la semana.
A veces, de pasada, uno deja un pequeño hueco
en la butaca a fotografías antiguas, a los libros
de vida que no respiran apenas, a esos
cuadros iguales a otros miles de cuadros que
ha comprado en Ikea y que se agobian
en las irregularidades de la pared. Todo
aquello que de puntillas le pica en la entrepierna,
de pasada, como uno se quita los calcetines
cuando llega a casa.

Olvido

Se te olvidaron las llaves al salir del apartamento,
creo que nunca volviste.

lunes, 17 de octubre de 2011

Todos nosotros





Como los mártires, comparto circo con un León...
Como los místicos, la Gloria solo la intuyo...


Félix Castañar



Siempre existe un templo donde guarecerse,


donde uno puede ofrecer lo que uno es


y no cree aunque sepa que está ahí,


sí es cierto, querido amigo, que a veces


duele. Pero míranos, ahora llega un tren


con pasajeros, el vaho tras los cristales


y la madrugada que nos agota entre legañas,


también hay recuerdos


en esas primeras horas pero no te das cuenta.


o sí, ¡quién sabe!, puede que estén


observando las calenturas, o los biberones


en las cazuelas, y que los trenes no divisan


lo que espera te lo inventas tú,


yo creo, déjame intentarlo, que la imaginación


conquista los espacios reservados


en las distancias y con ellos mantendremos


a flote lo que habremos sido alguna vez


de pasada, todos nosotros.

viernes, 14 de octubre de 2011

Acoso

Yo no quiero que se acabe esto

de recordar y haber vivido,

prefiero la mandarina sin la piel

que habita entre mis dedos,

quiero, bien lo sabes, permanecer

en algo de tus ojos,

como buen náufrago diviso la isla

de los cocos y arroyos,

pero, ¡ves!, sigo desojando

la margarita en Nuevo México,

estoy borracho y no hay pétalos

más hechos a tu ausencia

que esas bromas que me provocan

una erección a media tarde,

y la conexión de banda ancha

no respira.

Insensato.

Dame un margen de una página en blanco para cambiar el mundo

Sin título

Levemente van amaneciendo automóviles
en esta rotonda iluminada, como una secuencia
de fotogramas uno se asoma a las ventanillas
de aires comprimidos, de ojos dormidos
que buscan en el trabajo atajos para la dicha.
Si te fijas, puedes tocar los sueños de los hombres
sin quemarte, sabes que no resulta fácil
la cura en el margen de las páginas en blanco.
Ahora te despiertas, posiblemente sigues
dormido pero el coche avanza y tú con
la ventanilla bajada decides tirar de nuevo los dados
y apostar a ganador,
como te enseñaron cuando no había nada que perder.

jueves, 13 de octubre de 2011

Consiste en algo que reside...

Consiste en algo que reside en un arbusto,

que deja de pensar cuando la gente pasa,

es algo así cercano a las pecas de una niña,

la panza de un animal de costumbres

que no encuentra su sitio,

se asemeja a la camiseta manchada de semen,

o a las braguitas de rojo intenso como

un cielo sin cariños,

algo de eso que depende de cualquiera pero

que termina, delicadamente

en tus marchitos brazos, como los guiones

de filmes de antes, en vías de extinción

que no encuentran sus trenes.

Cielo rojo.

Un día dejaron las batallas en una guerra perdida,
eran de oro y plata, de lujo y descubrimiento,
y pasaron los días bajo el cielo rojo que erosiona
el resto de colores, un día de esos
que deja de contar para los amigos y sucumbe
a otros encuentros.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Nadie de entre vosotros.

Nadie de entre vosotros lee lo que aquí se escribe,
si duermes dentro de una manzana, allá tú,
nadie de entre vosotros lee lo que aquí se vive,
si la intemperie duerme dentro de algún día
de esos que serán tuyos, allá tú.
Nadie de entre vosotros, es cierto, nadie de entre vosotros
se ha enterado de que Denver
ha muerto y aún respira.

Justificación de un pirómano.

En el día de las fuerzas armadas.

Me vendieron que el ejército era todos los árboles que protegen el bosque...

martes, 11 de octubre de 2011

Norte-Toulouse.

Los despertares duermen a la intemperie,

los sueños incumplidos dentro de una manzana.

Denver.

A JMF.


Suele ocurrir cuando menos te lo esperas,

de repente todo al revés se vuelve

y te crees un velero o incluso piensas

que las montañas son tuyas y eres capaz

de acariciar las cimas. A veces

parece que se hace tarde pero sigues

en el sitio de partida, serena y queda

a la espera de un tornado, o de una tarde luminosa

de Agosto, o simplemente de los lapiceros

de la adolescencia que han perdido

sus puntas. Suele ocurrir y sin embargo

sigues creyendo que eres la joven que frecuenta

otros distritos, hacia carreteras

secundarias que te cuentan lo que sigue

apenas está comenzando.

Será

Los profesores de inglés no entienden
que las clases terminan cuando todo comienza.

lunes, 10 de octubre de 2011

Escupiendo editoriales (XIII)

Hay fechas de pasada,
hay fechas colgadas de los árboles,
hay fechas sin sus arcos porque les falta la “l”,
hay fechas que odian los calendarios,
hay fechas como hay olvido o memoria,
hay fechas de colores vivos como el fuego,
hay fechas que son propiedad privada,
hay fechas en tinta,
hay fechas que marcan las hojas de los libros,
hay fechas que mueren antes de nacer,
hay fechas dulces como el azúcar,
hay fechas en los viajes de los ricos,
hay fechas en los viajes de los pobres ,
hay fechas bajo el cielo rojo y las erecciones
que no se recuerdan,
hay fechas que aspiran a flechas
con las que eliminar de una vez los días
estériles y dependientes.

jueves, 6 de octubre de 2011

Soltando Lastre


Subido al ring aprendí
cómo ganar un asalto
Al sonar la campana
he seguido golpeando

Loquillo

Siempre recurres a lo mismo,
al último golpe,
a la sangre en las entrañas,
a ver caído al contrincante
entre el barullo,
todo eso que es la poesía y que el portero
del cuadrilátero
confunde con la rosa,
las babas,
el romanticismo fuera de su siglo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

La Dorada III (Revisión)

A Félix Vera
Hasta llegar a ese grito se ha de pasar
por muchos tramos, quizá pienses
que atrás se fue quedando, pero es mentira
en tus cada vez más desfallecidos recuerdos
que se agotan a trote.
Hasta llegar, digo, al grito, se han de encontrar
aún estaciones sin trenes, distancias
sin explicaciones y tierras extremeñas
que no quieren partir pero que en la borda
de algún barco se alejan por si acaso
todo es posible.
Y sabes que hasta llegar a ese grito no se
necesita un Pancho ni un barco sin agua zalamera,
sino una combinación de palabras
que evoquen a los otros que no conocieron
nuestra infancia salvo en borracheras
que se ocultan pero siempre están a la vista.
Y entonces hay Leones y Glorias, que buscan
en la arena lo que se va yendo, olisquean
las palabras haciendo suyas las certezas
del grito que nos entregó a lo que queda y esperamos,
“Chanquete ha muerto”.

Backstage

Hueles a colonia como los bosques huelen a cenizas
después de la tormenta, tu mánager espera
un lleno y en el estadio no cabe un alfiler,
supones afinadas las guitarras pero no suenan,
debe de ser la tormenta electrostática de los sentimientos
capaz de ensordecer la pasión del momento.
Te asomas entre los telones rojos y ves a chicas
semidesnudas tatuadas con la fiereza de sonrisas
roqueras. Te sientes parte de ellas pero hoy
las letras son tuyas, piensas en el dinero que ganarás
esta noche y te sientes salvaje por dentro,
piensas que verás cómo sonreirás si llega la ocasión
pero Andrés dejó España el verano pasado
y estás solo ante la multitud que sabe lo difícil
que es controlar el deseo de llegar a las metas
que uno se propone. Hueles a colonia y también
a futuro, las coristas te buscan con la mirada
y la fortaleza de tu idealismo empieza a dar sus
primeros pasos. Piensas que la poesía es más
metal pesado que la música, y buscarás entre
los acordes y las melodías una sola rima que lo explique todo.
Te presentan, adjetivos que exageran, ovación
cerrada, se abre el telón, tus músicos toman el escenario,
primeros acordes, tiras la colilla al suelo,
saludas con una reverencia por si llega esa ocasión
de otro pueblo, otro teatro, otra batalla perdida
que deseas.

martes, 4 de octubre de 2011

Badalona

Dónde uno encuentra en la amistad
la bandera perdida, supones de la dicha
lo justito en estos ríos revueltos
que no entendemos salvo cuando desembocamos
en un mar en calma. Dónde querido amigo
se encuentran las señas que reconocemos
nada más verlas, donde uno se vuelve
pequeño y por primera vez el olor
a eucalipto despierta los instintos juveniles
de entonces. Dónde uno encuentra
eso que se busca en el caminar cansado del que viaja
en horas punta, supongo que es temprano
para tanta pregunta incómoda, ¿cómo puedes
hacer que desaparezca lo perplejo
del momento, las hojas secas en pleno Junio,
el destiempo de las paredes
de este cuarto,
que buscan el clic clac del reloj de nuestros
estériles empeños.

Escupiendo editoriales (XIV)

Se rinden los poetas, los profesores de matemáticas,
las asistentas a domicilio, los camioneros
lejos de casa, se rinden los fluorescentes porque
saben que no alumbrarán para siempre,
se rinde el pescadero y los gendarmes en las calles,
también el ejecutivo con una boca femenina
en la polla, se rinde el ilusionista sin su pasado,
el que fabrica botellines de agua, se rinden
en la soledad las piedras abandonadas por la corriente,
se rinde el párroco en la sacristía, se rinde,
se rinde, se rinde el asesino mientras limpia la sangre,
el tonto del pueblo se rinde y el lenguaje de género,
se rinde el niño, se rinde el hombre que dejó
de ser niño, se rinde el que triunfa y el recolector
de manzanas, se rinden el escrito y la palabra,
los baños sucios en una madrugada de domingo
se rinden, se rinden los que no miran más allá
de algo imaginario, se rinden cuentas también
que se rinden igualmente, se rinde el que descubre
la plata imbécil de los días.

lunes, 3 de octubre de 2011

Escupiendo editoriales (XII)

Como los pequeños agujeros de la memoria
recuestas hoy tu cabeza sobre su hombro.
Se erizan los pelos de tus tobillos desnudos
al sol del verano. Erais los niños del barracón
de los ausentes, por supuestas muchas
calamidades dabais por hechas, la calamidad
de los pájaros en las ramas, la calamidad
igualmente cantarina de las toallas sobre
el césped mientras los patos campaban a sus anchas
por el lago de una ciudad que ya no existe.
No encuentras en estos versos la poesía
que le suponías, la grandeza de sus labios
tampoco aquí tienen su hueco. Y sin embargo
no sueltas la fotografía con los pantalones
cortos y las camisas de cuadros.
Si te apuras, puedo oler vuestros eructos
juveniles mezclados con las risotadas propias
de unos muchachos que empiezan
a distinguir la muerte entre las pieles tersas
y suaves del final de un verano.
Como los pequeños agujeros de la memoria
guardo esta instantánea por si al olvido
le da por llamar de nuevo a nuestra
puerta.

domingo, 2 de octubre de 2011

Los daños colaterales (I)

Hace un día caluroso, nos estamos abrasando

sin las luces de otras mañanas,

simplemente con el calor de una conversación

sobre Biedmas y sueños. Existe una

terraza tras la puerta, se ve la avenida

que atraviesa la ciudad desde su barandilla

plateada. Tu obsesión por los coches

y sus luces, distintas a las de otras mañanas,

quizá más preparadas para hacerte

cambiar de opinión, arruina nuestro

encuentro. Ese gesto habitual en ti

vuelve de nuevo a dejarme por unos momentos

vacío bajo un cielo que era nuestro.

Ese gesto digo, que se inicia con la cajetilla

de tabaco y termina

en el cenicero, con las colillas inservibles

representando un crematorio.

Tendrían que pasar años enteros

para que volvieras a fumar ante extraños,

pero eso vendría luego de lo otro,

esto es, del motor que arranca en el garaje,

del check-out en los hoteles

en el extranjero, de los despegues

y aterrizajes en vuelos de bajo coste,

de la billetera llena de dólares,

del valor que las putas de lujo dejaron

en tus fondos reservados, de todo lo

que tantas veces mereció algo

del esfuerzo de tus rimas.