lunes, 28 de noviembre de 2011

Derrota, victoria, tiempo. La feria llega a la ciudad y abandona el barco

Se piensa que crecer es de otros
proclives a la derrota, mira de reojo
pasar los vagones, toca su culo
terso y duro como una piedra de río,
se siente afortunado por sus rizos
y sus granos de pardillo primerizo,
ensaya carita de malo, de hombre
en un chico envuelto, los piropos
son tan soeces que huelen a fracaso,
pero aún es pronto, aún hay
algún botón de la camisa a medio atar,
las patillas revolotean las mejillas,
la ficha de un viaje está lejana
de su bolsillo vaquero,
se piensa que crecer no existe, que hoy
es el mañana sin avances,
que no hay caminos que relatan
los que comienzan a oler a senectud
en lo alto de la noria,
no, no es de esos que la derrota
les visita, compra un helado de vainilla
con un gofre de chocolate,
siente la erección por la gitana de quince,
es algo parecido a la
esperanza y al soberbio tiempo detenido
que las páginas amarillentas
de los libros
retienen a su antojo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario