domingo, 6 de noviembre de 2011

Los paseos clandestinos . La feria llega a la ciudad y abandona el barco

Dicen que marca el coño
como ninguna, los vaqueros
desgastados responden a las muecas
disfrazando su culito con azules
y cornetas llaman a los candidatos
a desabrochar su cinturón
para alcanzar esas bragas de fulana
en sus veinte. Dicen que la come
como nadie, que huele a rosas
en medio de la nada, que suerte
tienes de haberla conocido
si le lees poemas vestido con pantalones
de pana, y sin embargo yo la veo
y me estremezco de asco,
no me entiendas mal, es atractiva
y tiene un revolcón pero veo, sin embargo,
en ella el olor intenso del aceite,
las vueltas de ruletas y peluches,
dicen que la noche con ella
se resuelve en mil pedazos, Spencer
cuenta que amaneció tendido
entre sus brazos, creo que fue
en verano cuando se les vio juntos
por el rompeolas, lo recuerdo
porque cuando paseo contigo
entre las atracciones, no intuyo
tu coño bajo la falda, tu culito
no admite colores y no hay avisos
de cornetas para otros, y tus bragas
son blancas y más bien grandes
como lunas rotas sin escaparates,
sé que era verano porque miras
las atracciones,
cuando bajamos a la feria,
igual que un iceberg
se derrite sin deshielos,
y odio que la vida nos cambie a su manera,
ahora que eres sencilla
y las felaciones te parecen disparates.

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