viernes, 4 de noviembre de 2011

Teatro. La feria llega a la ciudad y abandona el barco

Ocupen su localidad, por favor
el billete, es en la fila del fondo,
no olvide limpiar el asiento
antes de sentarse, manténganse
alejados de los focos pues
calientan como las lumbres
de perros callejeros, aún tardaremos
unos minutos en levantar
el telón, pónganse cómodos
y olvídense por un rato de la vida,
me refiero a la mente y los sudores,
ustedes me entienden, ocupen
su localidad, lleva una chica muy guapa
agarrada del brazo, me gustan
sus lunares, mi número de teléfono
está a la vuelta de la esquina,
el uniforme puede que engañe, pero
escribo poesía y follo como los
ángeles, sí, a esos me refiero,
los esclavos de un cielo rojo como la noche
esta que susurra al oído
palabras hermosas, los cohetes,
¿los oyen?, anuncian
que el telón es nuestro y el final
no ha encontrado su principio,
déjeme, hermosura, decirle
una cosita al oído, moje sus braguitas

bajo la carpa de la espera, el coche
en el aparcamiento, las tiendas luminosas,
algo de todos nosotros.

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