lunes, 25 de junio de 2012

Diario de un cubo de basura

¿Qué se siente cuando estás sin casa? ¿Qué cuando eres como un canto rodante? ¿Qué cuando estás sin rumbo? Eso cantan Dylan cuando un concierto cierra, cuando de nuevo uno vuelve a casa, cuando todo se resume en una canción de rock, cuando la plaza queda vacía. ¿Qué se siente?¿Qué se siente cuando termina la estrofa?¿Qué cuando el cubo de basura teme al camión de la madrugada?¿Qué  se siente, dime, cuando una camiseta huele bien y te extraña? Es un poco rara esa sensación de permanente alerta, de pequeñas heridas en las piernas que van cicatrizando según avanza el verano. ¿Qué se siente cuando unos ojos abandonados miran fijamente a otros ojos abandonados?¿Qué se siente cuando unos labios abandonados besan como ventosas a una mejilla abandonada?¿Qué es todo eso que reconforta a los de afuera y arrasa con la cocina, con el comedor, con los dormitorios? Míralos ahí tranquilos, con sus helados, alguno entra en un restaurante, mira cómo otros hacen las maletas y preparan la merienda de algún pequeño consentido. Dime qué se siente cuando una chica con los ojos verdes te coge cariñosa del brazo y te acaricia la nariz, la frente, y te dice cosas hermosas. Dinos ruso, sin temor alguno, qué se siente cuando los aviones vuelan y para ti solo aterrizan, cuando todo son manzanas y se te han caído los dientes

No hay comentarios:

Publicar un comentario