martes, 26 de junio de 2012

Diario de un cubo de basura

Hoy parece que sale el sol a media mañana. Los pájaros no cantan porque solo vemos lo de siempre, coches, cables, hilos que no son telefónicos aunque los teléfonos no puedan vivir sin ellos. El sol es un poquito rancio, algo parecido a un celo animal que se reprime. Glor encabritada porque hay diferencias entre ella y el ruso. CLARO que hay diferencias, pero así todo son iguales. Tendrá que entender que todo pasa por algo, que siempre hay una pregunta sin respuesta y sin embargo se responde. Reza altiva en los altares del capricho, pero también tiene claro que los dioses abandonan igual que olvidan, igual que te retienen pendiente de un hilo, y no precisamente el telefónico. El ruso no entiende de deidades, entiende de electrónica, de distancia, de silencios y sonrisas teñidas de occidente que disimulan sus rasgos certeros siberianos, aunque  Siberia le quede muy lejos. Y tantas otras cosas que no soy capaz de describir a estas horas de digestiones y sueños imposibles.

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