viernes, 29 de junio de 2012

Diario de un cubo de basura

No creas que no te comprendo. Son días de cansancio, de no poder pensar con claridad y una cuesta arriba no lleva al nivel del mar. Hay una vida pasada que creías tuya, y lo era, pero cuando pasen las estaciones sabrás que los sueños modelan cada paso y que donde estás ahora es el lugar donde siempre has pertenecido. Y te diré más, pequeña negra de ojos de muñeco, en los anales de los años el timbre ruso de un cuento sobre una capa será tu brisa que acompañe en algún momento tus recuerdos. Entiendo que ahora no lo entiendas, y sé que encontrarás laberintos de arbustos que dificulten tus pasos. Pero escucha, hoy es hoy y mañana es un invento, también los magos tienen que aprovechar sus trucos para engañar a lo que envejece y se pierde en la noche. Coge la mano de tu madre y aporrea la guitarra de este cada día más viejo compañero de tu viaje. Suelta la rabia entre almohadones, elige la película en el videoclub y unas palomitas para microondas. Insiste en el abrazo de una raza que se perdió en la senda de camino a casa. Vendrá otro día, y otro, y otro, días como panes recién hechos que a su vez se irán endureciendo cuando el tiempo pase. Acierta con la diana que no ves, ahora que tienes la pistola en la mano. Que esos labios carnosos solo aprendan a decir palabras hermosas y que tu historia se convierta en fábula que a tus hijos cuentes en ese momento en el que te pregunten cómo se fabrica lo eterno de tu memoria.

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