martes, 13 de septiembre de 2011

Conviene recostarse...

Conviene recostarse en aposentos incómodos
como el que desgrana la cuenta de los días pares,
centrarse en los amores que vive uno en la penumbra,
entender los adioses igual que se entiende lo perdido,
algo de música en un bar de copas es ayuda
para los nacidos para perder,
como aquél que conociste en un barco de papel
sin agua, ni puerto, ni resaca marina.
Conviene pero cuesta entender que un poema
es sólo un poema, igual que la sugerencia del crítico
te lleva por calles frecuentadas de silencio.
Conviene recostarse y mecerse entre las muecas
de presentes pasados y futuros que quién sabe.

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