martes, 27 de septiembre de 2011

Escupiendo editoriales (VIII)

Los teníamos rodeados, muertos
de miedo esperando un movimiento
que les dejara maltrechos sobre el descampado.
Se morían de cansancio pero mantenían
erguida la cabeza intentando alcanzar las alturas.
No fueron cobardes,
los teníamos rodeados justo antes del estruendo
que resultó ser la vida resumida
en las palabras que nos llevan.

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