martes, 27 de septiembre de 2011

Escupiendo editoriales (IX)

¿Te acuerdas de ese día caluroso en la playa
desierta, el descubrimiento de unas huellas
y nuestra sensación de no encontrar caminos?
Éramos jóvenes y nos queríamos como sólo
los jóvenes se quieren, con el hambre en el estómago
y la dicha en el bolsillo. La pobreza
de los pocos años, me decías, necesitamos
buscar refugios para pasar la noche, nos reíamos
creyéndonos despojos de un recuerdo
futuro y nos cogíamos la mano. Sueño
a veces con las marcas en la arena húmeda
y voy sintiendo lo que no nos atrevimos a sentir
entonces, esto es, sentir las piernas y sus
temblores, la fiesta que se acaba, el bajo
de la orquesta envidiando las guitarras,
en definitiva, lo que han de sentir los huecos
empolvados de casas abandonadas
en descampados, que no hay huella capaz
de traspasar sus límites territoriales.

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