martes, 20 de septiembre de 2011

Escupiendo editoriales (I)

Los cielos ya no responden como antes,
cuando estábamos tumbados en las praderas
como si nada importase salvo el sueño
entre las nubes y las figuras imaginarias.
Ahora, sin embargo, nos gritan e insultan
y nosotros también somos mayores.
Antes perseguíamos las faldas
de lo que se ha ido con la esperanza
de algún premio ajeno a nuestros deseos.
Con las nuevas nieves y los fríos del norte
los feriantes nos miran con aprecio
fingido mientras venden distraídos sus quesos,
embutidos y semillas milagrosas
contra el pasajero del vagón número trece.
Sabes que los cambios traen estáticos
momentos de templanza, lo sabes por la dicha
que estos campos entregaron
a los embriones de edificios que todo
lo conquistan ahora.
Te veo entre la niebla de unas costumbres
de padres y madres, fuegos en veranos
calurosos que aspiran
al invierno.

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