miércoles, 21 de septiembre de 2011

Escupiendo editoriales (II)

Se amontonan los papeles en la mesa
como las basílicas se apelotonan en las plazas
italianas. En ellos se emborronan
dobles intenciones de un tiempo que es el nuestro.
Siempre, te dices, encuentras mis mismos
versos en garajes de hombres ricos,
en los downtowns de las ciudades de paso.
Te diría que las tiendas están abriendo
pero es domingo, es pronto aún y el olor
a churros me tienta a sus antojos.
Algo de sentencia hay en el sol de la mañana
mezclado con los aceites ardiendo
que apuran las aceras mientras los coches
pasan perezosos.
La mañana no está hecha para soñar con la noche,
como nosotros estamos hechos
para esperar con desapego lo siguiente.

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