jueves, 1 de septiembre de 2011

Príncipes

Duermes príncipe con la placidez de imágenes
que van latiendo sin corazones de referencia
a tu distraída ausencia, por este rato.
Por unas horas olvidas el reino al que perteneces
para adentrarte en los planes futuros
que sueles planificar ante una copa de vino
tinto. Tus designios están en las palabras
que se van haciendo de rogar tras los pasos
de los trenes de mercancías.
Antes descansabas recordando tus rizos
con los dedos, caricias que andaban por casa
buscando las sábanas de ciertas noches de verano
que confundíamos con ingeniosos
guiños al futuro. Príncipe de Leopoldo Alas,
enséñame ese reino que no consiguió murallas,
dime que la arena permanece y que despiertas
siempre en el cansancio.

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