viernes, 16 de septiembre de 2011

Procesión.

Hoy la procesión avanza despacio,
es el tiempo cambiante y las gotas de lluvia
que van adoquinando la calle Mayor
al ritmo de los tambores y el color.
En las aceras hay personas que observan
cómo la calle se va llenando
de olor a fiesta y medievales tintes
de jolgorio.
La dicha de algunas ventanas y balcones
me hacen percibir que la vida es como era,
con sus luces y sombras y el arte
escénico de los fracasos y las victorias.
Cuando los disfrazados devotos vuelvan a sus casas
tú y yo volveremos al silencio,
al pequeño descansillo iluminado con un cartel
que anuncia Coca-Cola.
Pedirás una cerveza helada, contarás algún chiste
mientras yo miro de reojo
cómo asfaltan los callejones del aprecio
que un día entregamos
a su suerte, y siempre están de vuelta.

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